viernes, 13 de noviembre de 2009

LOS CAMPESINOS RECHAZAN ACOGERSE AL PLAN DE PRODUCCIÓN DE TIERRAS OCIOSAS


CONSEJO UNITARIO DE TRABAJADORES CUBANOS

(CUTC)


LOS CAMPESINOS RECHAZAN ACOGERSE AL PLAN DE PRODUCCIÓN DE TIERRAS OCIOSAS

El Decreto Ley No. 259, de 10 de julio de 2008, sobre la entrega de tierras ociosas en usufructo, da la posibilidad de adquirirlas a las personas naturales con capacidad legal, aptas físicamente para el trabajo agrícola y cumplan los requisitos establecidos.

Debido a las limitantes y obstáculos impuestos a quienes la solicitan las expectativas están lejos de lo que se esperaba. La experiencia demuestra que no existen condiciones materiales para que tierras baldías plenas de marabú, infértiles por años de abandono, abuso de fertilizantes y química poco usual en la costumbre de los campesinos cubanos, produzcan.

Este Decreto Ley autoriza su tenencia a personas naturales o jurídicas para utilizarlas en forma racional, de conformidad con la aptitud del suelo para la producción agropecuaria. El usufructo se concede hasta diez años, prorrogable por diez más a las personas naturales y veinticinco las jurídicas, prorrogable por otros veinticinco.

Según su Artículo No. 3 el usufructo a personas naturales es a título personal y obliga al usufructuario a desarrollar la actividad para la cual fue entregada la tierra, con derecho a disfrutarla, usarla, percibir sus frutos, realizar obras, reparaciones e instalaciones para su aprovechamiento. Por el No. 4 es intransferible, no puede cederse ni venderse a terceras personas. Por el No. 6 el límite máximo a entregar es 13.42 hectáreas. El área a entregar a cada usufructuario se determina según las posibilidades de fuerza de trabajo, recursos para la producción, tipo de producción y capacidad agro productiva de los suelos.

La carencia de tractores y la falta de yunta de bueyes para arar las tierras es un obstáculo que frena esta normativa. Los campesinos deben hacerse por sus medios de los instrumentos necesarios desbrozar los campos, rotura, cultivo y cosecha. Hay lugareños que han obtenido cosecha y vendido sus productos a particulares, no a acopio, y les ha impuesto multas que deben pagar. El descontento es generalizado debido a que el Estado pone en manos de estos trabajadores las peores tierras. Sin embargo, en contraposición, el sector privado, con cerca del 20,0% de la tierra, entrega más del 60,0% de la producción agropecuaria.

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