viernes, 20 de noviembre de 2009

Trabajadores desamparados.

Cubanos pertenecientes a la tripulación de un barco griego, quedaron desamparados en un muelle africano, sin dinero y sin apoyo sindical o administrativo, por parte de los funcionarios que en su país, tramitaron sus contratos laborales.

Por Aimée Cabrera.

No es la primera vez que suceden situaciones desestabilizadoras para los cubanos que aceptan contratos laborales en buques foráneos. Una vez que logran ser contratados en un barco que puede ser español, griego o de cualquier otra nación, casi siempre europea, comienza la fatigante lucha por la sobrevivencia de estos trabajadores.


En décadas anteriores en que Cuba poseía barcos de la Marina Mercante y la Flota de Pesca, sus tripulantes podían canalizar cualquier inquietud a través de sus dirigentes sindicales o administrativos, y las condiciones de trabajo eran más estables.


Ahora, deben pagarse pasajes y todo tipo de gastos, sin recibir dieta alguna. En caso de ser contratados y no tener el dinero necesario, tienen que pedirlo prestado, situación que es bien difícil para quienes permanecen casi siempre desvinculados de su actividad laboral.


Es destacable considerar que han sido calificados en academias navales y son a su vez, portadores de todos los certificados internacionales que acreditan su profesionalidad. No obstante tienen que ocupar plazas por debajo del trabajo para el que están preparados, cobrar menos y trabajar más.


En los últimos años, se ha podido conocer a través de Internet y de diarios extranjeros, nunca cubanos, como estos trabajadores sufren todo tipo de discriminaciones, no se les paga lo acordado, y trabajan casi como esclavos en estos buques.


A pesar de todo esto, ellos prefieren arriesgarse de esta manera que quedarse en tierra, u optar por plazas laborales en las que nunca podrán obtener la moneda convertible, la única fuerte para encarar la grave crisis económica que afecta a toda la población cubana.


Ahora un grupo de ellos ha sido noticia a través del diario El Nuevo Herald del viernes 6 de noviembre en el cual se describe la odisea sufrida por estos trabajadores del barco de carga Medea K, de 31 años y 466 pies de eslora, registrado en Panamá.


El 19 de octubre, el Medea comenzó a hacer agua, cuando subían una carga maderable en Mayumba, una franja de arena, con un muelle en el sur de Gabón, en Africa.


La tripulación abandonó el barco tres días después, llevando consigo alimentos y otras pertenencias, pero entre todos tenían una suma de dinero insignificante, $1200,00 en efectivo, ya que les debían entre 8 y 13 meses de pago.


La agencia habanera que los contrató, Selecmar no hizo nada en un principio para ayudarlos. Sin embargo, Esteban Casañas, un ex capitán cubano de La Marina Mercante quien reside en Toronto, reportó el caso del Medea, en un foro naval en Internet.


El dueño del barco fue identificado como de origen griego y su compañía no pudo identificarse con precisión, pero él tampoco ofreció ayuda, sólo se notifica en la noticia del Nuevo Herald que una ayuda desde Cuba sería enviada, desconociéndose la fecha en que la recibirían.


Casañas argumentó que “Cuba está vendiendo mamo de obra barata a gente sin escrúpulo, y por eso tripulaciones cubanas se han quedado varadas por todo el mundo”. El cargamento del Medea K consistía en maderas preciosas cuyo destino era China, lo cual podía ser algún tráfico ilegal de madera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario