sábado, 30 de enero de 2010

Escasez sin solución


Por Aimée Cabrera.


La Ciudad de La Habana se ha convertido en un ir y venir de personas desorientadas buscando artículos de primera necesidad y alimentos, los más esenciales, para en ocasiones ni encontrarlos.


Según la prensa oficialista no hay problemas y sus reporteros se cuestionan por qué tantas colas, sobre todo las que hacen los clientes, en las panaderías de la Cadena Cubana del Pan, donde la venta es en peso moneda nacional.


No hicieron referencia, sin embargo, a los tumultos que suelen aparecer en las entradas de las panaderías-dulcerías Sylvain, cuyas ofertas -más caras que las anteriores- son en la moneda convertible.


En la ubicada en la esquina de Hospital y San Lázaro, aledaña a la panadería La Candeal (Centro Habana), numeroso público hace fila hasta días entre semana. Los residentes de la zona compraban el pan duro de a diez pesos, en un área del mercado conocido como “Milcinco”. A partir de este año el local ha permanecido cerrado y las panaderías de La Cadena… se encuentran alejadas de esta zona. En la calle todos comentan que no hay harina de trigo, no obstante dirigentes del ramo insisten en que no es así.


Otro tanto ocurre en los departamentos de víveres de las shoppings; dependientes de una de las más grandes y visitadas del municipio Plaza argumentan que el público pregunta por alimentos fáciles de elaborar que no son asequibles.


Entre ellos la demanda los paquetes de perros o salchichas, bolsas con hamburguesas, albóndigas, croquetas, leche condensada o evaporada, gelatina, natilla instantáneas y paquetes baratos de galletas dulces o saladas.


La lista sería larga en extremo por que el déficit ocurre con todo tipo de mercancía, ocasionando el lógico disgusto de la población. Las tiendas son fusionadas y comienzan las liquidaciones de lo poco que tienen en venta.


Ni hablar de la distribución de alimentos y productos de aseo de la Canasta Básica; cada vez son menos si tenemos en cuenta que la pasta dental, el jabón de baño, de lavar o el detergente líquido son distribuidos cada tres o cuatro meses.


La Libreta de Abastecimiento oferta cuotas de cárnicos, o proteicos, para un mes que no llegan a las dos libras de proteína animal; las cuotas de pescado, picadillo, o pollo en sustitución del pescado, están racionadas a unas cuantas onzas por persona, más 10 huevos.


La leche para los niños mayores de siete años, y ancianos sin derecho a las dietas médicas de leche en polvo descremada o entera, quedaron en el estadio de comentarios que muchos ya no recuerdan. Mientras millones de litros de leche son producidos, las ofertas de la misma son ínfimas.


Las personas, ante las escasas provisiones, acaparar para asegurar los alimentos de su preferencia, o compran para revender, método de supervivencia establecido desde los primeros años de la década del 60 del pasado Siglo, que parece no culminar para el pueblo cubano.

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