viernes, 20 de noviembre de 2009

Trabajadores amedrentados.

Los jóvenes trabajadores del Ministerio de Turismo, (MINTUR) se sienten inestables en sus centros de trabajo, la baja turística hace que sus dirigentes tomen medidas drásticas al respecto.


Por Aimée Cabrera.

Jóvenes trabajadores cuyas edades no llegan a los 35 años sienten temor a perder sus puestos de trabajo, debido a que las instalaciones turísticas apenas son visitadas por los turistas extranjeros, los únicos que pueden pagar los altos precios de alojamiento y otros servicios turísticos.


Para nadie es nuevo que este sector es uno de los más codiciados por el salario, estimulaciones y la recepción de propinas en la moneda convertible, o de labores no controladas por los jefes que son remuneradas en esta moneda para beneficio privado de sus trabajadores.


Yunielkis es camarera y además de limpiar las habitaciones se ofrece para lavar o planchar ropa, cobrando menos precio que en la lavandería, ella se presta para coser un botón o auxiliar de cualquier manera al turista hospedado en el grupo de habitaciones que le asignan en un hotel tres estrellas de la capital.


Ella se siente abrumada porque el ambiente laboral “está caldeado”, y explica cómo dentro de sus compañeros de trabajo hay quienes no estudiaron en los politécnicos de turismo, sino que pagaron certificados de estudios y plazas laborales, y ahora exigen que los mantengan, en un momento en que las reducciones de plantillas son inevitables.


Michel, dependiente de un cabaret ubicado en un hotel 5 estrellas nota que sus días están contados en el giro. “Todos los días reducen personal, yo nada más que llevo tres años aquí, y hay quienes llevan 7 o 10, aunque trato de cumplir y ser eficiente no me siento seguro, ahora te mandan para la casa, y te dicen que no puedes decir que estás desempleado”.


El sector turístico ha sido uno de los de más demanda laboral, y en él trabajan profesionales que decidieron dejar sus empleos para optar por mejoras económicas evidentes, como es el caso de una licenciada en francés que prefirió trabajar en la carpeta de un hotel, o el ingeniero que solicito, labora como portero y maletero en otra instalación hotelera.


Ahora se presenta una etapa deplorable para sus trabajadores, a los que se les exige mucho y se les trata de retribuir poco, o en el peor de los casos se les amedrenta para que en su temor, no tengan espacio para exigir sus derechos.

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