viernes, 29 de enero de 2010

En un nuevo aniversario


Por Aimée Cabrera.




José Martí es siempre motivo de pensamiento, de releer su amplia obra, recordarle aún en los más cotidianos detalles, sobretodo por estos días en que se cumple un aniversario más de su nacimiento.


Este año podremos ver un filme del directo cubano Fernando Pérez sobre nuestro Apóstol que parece recreará su vida como ser humano intachable, dejando a un lado su labor política de innegable importancia, pero utilizada de manera repetitiva por los partidarios del gobierno.


De Martí niño y adolescente queda un hermoso testamento no solo de anécdotas de quienes le conocieron, sabiamente recopiladas, sino a través de lo que escribió la pluma joven, mezcla de honestidad e inocencia.


Como un pequeño David del Caribe, o una versión masculina de la frágil y valiente Juana de Arco, nació este criollo hijo de españoles y no por eso más orgulloso de su cálida patria, un 28 de enero de 1853. De sus padres aprendió que la decencia y la humildad son nuestras más valiosas virtudes.


Dios lo bendijo con una familia íntegra y le obsequió el presente de que su educación se cimentara en los principios del maestro, educador e intelectual Rafael María de Mendive. Otro regalo fueron sus amistades, caracterizadas por la incondicionalidad, la fidelidad y el amor, como fue hasta el último momento de su vida Fermín Valdés Domínguez, entre otros tantos patriotas.


Con apenas 17 años conoció lo tormentoso de la vida en el presidio político, donde fue visto por algunos presidiarios como un “Ángel caído” en aquel antro, donde la mayoría había perdido la esperanza de volver a ser una persona de bien.

Amargas pruebas a lo largo de su vida no resquebrajaron su amor a Cuba y el respeto a sus principios. Para él, como recordara Benigno Vázquez en su libro Precursores y Fundadores (1), “la patria no fue nunca más que Agonía y deber; ara y no pedestal “.


Por eso no podemos dejar de recalcar que este hombre y héroe fue dotado de virtudes que, a pesar de que convirtieron por ocasiones su vida en un verdadero martirio, fue y es ejemplo a seguir. Y ¿qué pensaría de estar físicamente entre nosotros, al leer situaciones que nada tienen de humorísticas y que lejos de dar risa nos llevan a una deprimente reflexión?


Es significativo, en estos días, que el número 2, año 102 de la revista Bohemia (correspondiente al 15 de enero de 2010) aparezca una caricatura -en la hoja de grafiOPINION- donde un paciente le dice al médico que su grave problema es ser honesto.


Según el Diccionario de Sinónimos y Antónimos VOX “honesto” quiere decir decente, decoroso, recatado, pudoroso, púdico, casto, honrado, íntegro, recto, justo, equitativo, y razonable. Vocablos tristemente en desuso por buena parte de la población actual de la Isla, que parecen avergonzar al referido personaje.

Recordando que dijo nuestro Martí sobre el honor y la honra, palabras cercanas al término utilizado por el hombre de la caricatura, transcribo algunos pensamientos sobre las mismas.


En carta del 16 de noviembre de 1889 a Gonzalo de Quesada, desde Nueva York, destaca sobre “la desazón que los corazones limpios sienten en la compañía forzosa y abominable de los hombres que en una forma u otra venden su honor al interés”. (2)


O este otro “De la virtud se hacen los pueblos, y de la capacidad para anteponer al gusto el decoro” (3). Y en la parte de este mismo libro- Volumen 2 de la citada obra martiana- aparece en Espíritu del Maestro: Moral este pensamiento que usaré para culminar mis consideraciones.


“Hay algo en los hombres que se parece al pudor de las mujeres: hay un concepto del deber, hay una fuerza del decoro que honra al que la alimenta, que el hombre olvida, y que lleva por camino de muerte a la inteligencia que no se apoya bien en ella”. (1875)


Hombres y mujeres como el que se pregunta por qué es honesto quedan aún en nuestra patria. Ellos no deben sentirse culpables de mantener en sus vidas tan bello principio porque como dijera también Martí “Honrar, honra”.



NOTAS:


(1) Último párrafo sobre la biografía de José Martí, Precursores y Fundadores. Editorial Lex, La Habana, Cuba 1958.


(2) Carta 3, Página 193 José Martí, Obras Completas, Editorial Lex, La Habana, Cuba 1953.


(3) Retorno a Cuba: En casa, página 1728. Obras Completas de José Martí. Editorial Lex, La Habana, Cuba 1953.

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