lunes, 26 de abril de 2010

CUBANOS Y ESTADOUNIDENSES A FAVOR DE LA AMISTAD (Primera Parte)


Oscar Espinosa Chepe
Economista y Periodista Independiente.


Un nuevo sondeo de opinión pública, realizado por el grupo Insider Advantage para Cuba Business Bureau (CBB), reflejó que el 58,0% de los encuestados apoya el fortaleciendo de los vínculos con Cuba, mientras un 33,0% se opone y un 9,0% no tiene un criterio claro al respecto. La consulta se realizó por teléfono entre 401 adultos en todo Estados Unidos, el 15 de abril.

También indicó que un 61,0% favorece los viajes de norteamericanos a Cuba y un 51,0% apoya que las empresas realicen negocios en la isla. Esta encuesta coincide con los resultados de otras efectuadas en fechas pasadas, las cuales reflejan una clara tendencia de los estadounidenses a incrementar las relaciones de todo tipo, empezando por eliminar las prohibiciones a los viajes.

Un ejemplo de esto fue la realizada hace un año por The Washington Post y ABC con un 57,0% favorable a suspender el embargo comercial, y un 55,0% en apoyo al levantamiento de las prohibiciones de viajes a ciudadanos norteamericanos.

Un resultado parecido, aunque no tan pronunciado, arrojó un estudio de la firma Bendixen entre la comunidad exiliada realizado en septiembre del 2009, con un 41,0% opuesto al embargo, un 40,0% de apoyo y un 19,0% sin criterio. Entre los cubanoamericanos más reticentes a retirar el embargo están los de mayor edad o quienes arribaron a Estados Unidos en 1960 o antes.

Esto indica un cambio notable en la comunidad cubanoamericana que hace unos años se oponía mayoritariamente a eliminar el embargo y mejorar las relaciones con Cuba. En 2009 viajaron a la Isla 270 000 personas, según datos oficiales, aprovechando las medidas flexibilizadoras de la Administración Obama, a pesar de las dificultades económicas existentes en Estados Unidos.

Expertos estiman que en 2010 pudieran sobrepasar las 300 000. Los criterios crecientes de norteamericanos y cubanoamericanos de estrechar los lazos con Cuba se corresponden con los sentimientos de este lado del Estrecho de la Florida.

Los cubanos del archipiélago también se sienten complacidos por las visitas y la posibilidad de envío de remesas y paquetes, que han favorecido en alguna medida sus difíciles condiciones de vida. Los resultados de los estudios de opinión en Estados Unidos coinciden también con una encuesta en Cuba realizada por el grupo independiente Veritas, entre el 25 de enero y el 16 de marzo de este año en la ciudad de La Habana, provincia Habana, Santiago de Cuba y la provincia de Matanzas.

A 454 personas se preguntó si el gobierno de Estados Unidos permitiera los viajes turísticos de sus ciudadanos, se beneficiaría nuestro país; un 73,0% respondió afirmativamente. En especial resaltan los jóvenes entre 15-34 años con un 80,0%.

Como puede apreciarse, existe una creciente demanda en ambos lados a favor de la amistad mutua; lamentablemente obstaculizada por sectores con intereses contrarios tanto en Cuba como en Estados Unidos.

Como señalara la Secretaria de Estado Hilary Clinton recientemente, es evidente que sectores decisivos dentro del gobierno cubano no quieren ver el fin del embargo “…Perderían todas sus excusas por lo que no ha pasado en Cuba en los últimos 50 años”. CUBANOS Y ESTADOUNIDENSES A FAVOR DE LA AMISTAD (Segunda Parte Y Final)

En Estados Unidos hay quienes no desean una mejoría en las relaciones, por otras razones.

Personas mayores en la comunidad cubana están muy heridas por las humillaciones y daños sufridos en el pasado, y el largo y forzoso desarraigo de la tierra patria. Ello se ha convertido en una corriente de odio que, aunque explicable, impide comprender que esa obnubilación emocional lleva a coincidir con el gobierno cubano en su afán de mantener aislado al pueblo.

Habría que pedirles, con el mayor respeto, que adopten posturas más flexibles que faciliten una solución pacifica a nuestra tragedia nacional. En definitiva el futuro pertenece a la juventud y los tristes enfrentamientos del pasado, aunque tiene que ser recordados para evitar repetirlos, no deben ser un obstáculo para la reconciliación y un futuro mejor para Cuba.

También existen personas con posiciones no tan comprensibles, que se oponen al mejoramiento de las relaciones, manipuladas o por intereses económicos. Se ubican en posiciones inaceptables y llegan hasta el extremo de atacar a quienes dentro de Cuba enfrentamos a la tiranía.

Esto puede verse claramente en el tema del levantamiento de las prohibiciones de viajes a ciudadanos norteamericanos, al que se oponen porque si se liberaran, intereses turísticos afincados en la Florida, México y el Caribe tendrían que enfrentar la competencia cubana.

Ellos saben perfectamente que esos viajes bajarían la tensión entre ambos países, y darían menos excusas al totalitarismo para reprimir y justificar el desastre nacional.

Conocen que el primer año podría llegar más de un millón de norteamericanos, una efectiva inyección democrática en un momento muy oportuno, cuando está ocurriendo un cambio acelerado en la mentalidad de los cubanos hacia el pluralismo.

Deberían conocer que los ingresos dejados por ese turismo se revertirán en compras a Estados Unidos, teniendo en cuenta el desastroso estado de la economía cubana para abastecer a tan importante cantidad de personas.

Incluso la prensa norteamericana lo ha reflejado. En el Nuevo Herald, un artículo de Lesley Clark, publicado el 16 de noviembre señalaba que “los partidarios del embargo de Estados Unidos a Cuba han hecho donaciones a legisladores por casi 11 millones desde el 2004 en un esfuerzo por bloquear las iniciativas por debilitar las sanciones contra la isla”; una inversión en cabildeo que para muchos especialistas tiene poca relación con la defensa de los derechos humanos en Cuba.

La información corresponde a un documento del grupo no partidista Public Campaign, que además señala que varios legisladores que apoyaron anteriormente un alivio de las restricciones contra Cuba cambiaron de posición a raíz de las donaciones recibidas.

Si estas egoístas actitudes son censurables, mucho más lo son las del gobierno cubano que temeroso de los efectos políticos del turismo norteamericano dificulta un factor que pudiera aliviar las terribles condiciones económicas del país.

En 2009 se recibieron 2,4 millones de visitantes, fundamentalmente procedentes de Canadá y Europa, con un ingreso de alrededor de 2,0 miles de millones de dólares; cifras distantes de las posibilidades, si se compara con la ejecutoria de destinos mucho menores que Cuba en el área.

Puerto Rico, con una extensión territorial inferior al de varias provincias cubanas, recibe más de 5 millones de turistas al año (2008); República Dominicana con una extensión territorial que no alcanza el 50,0% de Cuba, acoge alrededor de 4 millones (2008).

Por otra parte, el menor costo de transportación de los turistas norteamericanos y provenir de un país de muy alto nivel de vida, por lógica, reportaría un mayor ingreso por turista, superior a los obtenidos hoy a través de paquetes todo incluido, por lo general con utilidades reducidas.

A estas indudables ventajas -entre otras- que tendría para Cuba el mejoramiento de las relaciones con Estados Unidos, el gobierno responde con provocaciones para torpedearlas. Busca la “solución” a nuestros problemas en aliados tan poco confiables económicamente como la Venezuela de Chávez.

El castrato, ante el menor peligro de erosión del poder detentado por tantos años, prefiere que los sufrimientos del pueblo continúen incrementándose y hasta que Cuba desaparezca, por mantener sus ansias enfermizas de dominio absoluto.

La Habana, 26 de Abril de 2010

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