viernes, 27 de agosto de 2010

Incertidumbre en el sector laboral cubano.


Por Aimée Cabrera

7 de agosto 2010


El Gobierno de Cuba eliminará más de un millón de empleos que “sobran” en el Estado, y los trabajadores cesanteados no podrán optar por el subsidio salarial, para así borrar la imagen paternalista del Estado, según expresó el gobernante Raúl Castro en La Asamblea Nacional del Poder Popular el 1ro de agosto.

Esta reducción de plantillas se hará por etapas. La primera fase será concluida en el primer trimestre del 2011, y en la misma se modificará el tratamiento laboral y salarial a los trabajadores disponibles.

Para su éxito se informa que el principio de idoneidad es imprescindible, ya que las plazas las deben ocupar quienes sean más profesionales, teniendo en cuenta además la antigüedad en el sector. Se aclara evitar “cualquier manifestación de favoritismo, así como de discriminación de género o de otro tipo…”

Ante un órgano rector es fácil plantear este tema. La verdadera tragedia comenzará una vez que se vayan despidiendo a los trabajadores. El amiguismo, el soborno, y otras lacras aparecerán en escena, con vistas a manipular la situación a favor de quienes tengan “la sartén por el mango”.

Si bien es cierto que hay departamentos donde no todos sus trabajadores cumplen cabalmente con su jornada laboral, o demuestran con su ausencia al puesto de trabajo que no tienen contenido de trabajo para cumplir con la misma, hay quienes serán marginados y humillados, tendrán que marcharse y no poseerán ayuda financiera, mientras consiguen qué hacer.

Se habló también en La Asamblea de ampliar el ejercicio del trabajo por cuenta propia y su uso como alternativa de empleo de quienes queden excedentes; por lo que se eliminarán prohibiciones vigentes para el otorgamiento de nuevas licencias y la comercialización de algunas producciones.

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Se aprobó también, la aplicación de un régimen tributario para el trabajo por cuenta propia ( y ya en la calle se habla de que los impuestos aumentarán de manera considerable); entonces no todo el que se queda en la calle, va a poder asumir esta nueva empresa ya de por sí, cara. Los más pesimistas opinan también que “ya saldrán “los peros” para otorgar los permisos pertinentes.

En la calle y a nivel de centros laborales la población se siente insegura. A modo general, activistas del CUTC comentan que esta medida traerá despidos injustos, la persona no va a tener como asumir su manutención y, la única oportunidad que se le va a brindar va a ser la de laborar en las tareas agrícolas, muy mal pagadas en la actualidad. Trabajadores que se desempeñan en buenos puestos de trabajo, quieren que pase ya todo este período relacionado con las reducciones de plantillas.

El pueblo cubano duda mucho de la benevolencia de un gobierno que no ha sido capaz de garantizar el bienestar, y que ha puesto por encima de la prosperidad, y el desarrollo, todo lo relacionado con el inmovilismo asfixiante que lo ha caracterizado por más de medio siglo.

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