Por Aimée Cabrera.
Gran divulgación ha tenido en los últimos días, las medidas preventivas para evitar la Leptospirosis, transmitida al ser humano a través de la orina de animales infectados.
Aunque no se informan estadísticas para conocer el por ciento o la cantidad de personas que la han contraído y si algunos han fallecido; se ha informado sobre la campaña de vacunación, aún vigente, y como las personas con mayor riesgo, deben ser vacunados.
Entre otras, se encuentran los que realizan labores relacionadas con la agricultura, la plomería, la albañilería, y los que residen o trabajan en áreas inundadas por lluvias, o penetraciones del mar, pero no es menos cierto que el peligro existe para quienes consumen frutas y vegetales crudos, o beben líquidos enlatados sin lavar debidamente manos, alimentos y envases.
La falta de higiene en la capital es un hecho evidente. Los establecimientos que venden productos agropecuarios los ofertan sucios, llenos de fango o tierra, y apenas hay lugares donde las personas puedan lavarse las manos con agua y jabón.
También aumentan por estos días, las áreas donde se realizan tareas de remozamiento, cuyos escombros permanecen a la intemperie durante días; sin olvidar que otra situación que puede aumentar la posible transmisión de esta infección bacteriana, es la de los depósitos de basura que nunca son fregados, y que se convierten en criaderos de roedores.
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