lunes, 7 de diciembre de 2009

A trabajar como esclavos.

La mayoría de los ómnibus urbanos arriban sucios a las paradas. Las ventanillas empañadas de polvo, el pasillo lleno de papeles, y algunos que otros desperdicios echados por los pasajeros. Quienes son los máximos responsables de esta indisciplina social.


Por Aimée Cabrera.


Las brigadas de fregadores que laboran en los paraderos de los distintos ómnibus de la capital realizan este trabajo, sin un mínimo de condiciones, como aseveran algunos de estos obreros pidiendo el anonimato.


Este puesto laboral es, por consiguiente, muy inestable y apenas se logra tener unos cuantos fregadores, por lo que es sumamente difícil mantener brigadas completas para cada turno de trabajo.


“El problema fundamental es que los Jefes de Brigada temen que causemos baja y nos llevemos los implementos de trabajo”-dice un joven fregador, y añade: “No queda más remedio que gastar parte del salario consiguiendo lo que se necesita para poder trabajar”.


Por eso ver o imaginarse a un grupo de fregadores usando mangueras y escobas viejas, descalzos y con zapatos raídos, siendo controlados por el Jefe de grupo, nos lleva al instante a una escena de esclavos, lo único que el mayoral no tiene látigo.


Los dirigentes y funcionarios del Ministerio de Transporte (MITRANS), dan cifras halagüeñas sobre resultados en diversos índices relacionados con la transportación de los habitantes no solo de La Habana, sino de todo el país. Sin embargo, cuestiones como la de entregar los medios necesarios, a los que están detrás del chofer o el conductor, presentan aún fallas inconcebibles.


Un fregador necesita una manguera a presión en buen estado, escobas con cerdas fuertes que permitan estregar debidamente, botas de un material que no se le mojen los pies, detergente, y otros medios menos imprescindibles.


Por tal motivo, estos trabajadores del transporte contraen resfriados y estados gripales con frecuencia cuando se empapan de agua tratando de limpiar en algo los ómnibus de los paraderos donde laboran.


Qué hace el jefe de Brigada con las botas, mangueras, escobas o detergente, queda en el campo de las conjeturas, que nunca serán a favor de este trabajador que manipula a los obreros que están supeditados a él.


De más está valorar el papel que juega el sindicato en estos centros laborales del transporte, tal parece que los dirigentes sindicales sólo exigen la asistencia a las asambleas de trabajadores y el pago de la cotización. El incumplimiento de la seguridad y salud en el trabajo es también un claro incumplimiento en este sector.

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