lunes, 28 de diciembre de 2009

Tratamiento fallido.

Los jóvenes recién graduados de los niveles medio-superior y universitario se sienten, en su mayoría, marginados por los trabajadores y dirigentes de las entidades a las que son enviados para  adiestrarse y cumplir con el servicio social.

Tratamiento fallido.


Por Aimée Cabrera.

Los alumnos egresados de  politécnicos, de otros centros de estudios de técnico-medio, y de las universidades  pasan una verdadera Odisea para insertarse en los colectivos laborales a donde son enviados.

Casi nunca se les asigna un tutor para que los asesore debidamente,  ni los rotan por las diferentes áreas laborales, ni se les realizan evaluaciones, que es lo establecido para estos casos.

Alberto se siente contento porque tiene tutor y ha asistido  hasta a inspecciones de su empresa, así como ha visitado entidades que están en otras provincias.  El joven, que se prepara como futuro auditor,  reconoce que  su caso es “uno de mil” y tiene esperanzas de que, en unos años, realice su trabajo con la debida profesionalidad.

Los jóvenes que aspiran a insertarse en la vida laboral, se quejan de cómo los discriminan y reciben maltratos intencionados, sobre todo cuando de manera inocente desean aplicar los conocimientos recién adquiridos y tropiezan con trabajadores y jefes corruptos.

Una situación como ésta fue la causante de que a una joven matancera le subiera la presión  arterial y se le inmovilizara el lado izquierdo de su cuerpo, motivo por el cual tuvo  que ser llevada a un cuerpo de guardia, dada la gravedad de su estado.

Esta muchacha, de nombre Dalgis Falero, se siente muy deprimida con todo lo que ha sufrido y, a decir de su madre Odalys  Díaz “estudió una carrera universitaria para estar subutilizada”. Díaz es quien ha realizado las gestiones para un traslado laboral porque su hija no se siente con ánimos para  hacerlo.

El tratamiento a estos jóvenes que se están preparando para comenzar su vida laboral es  frustrante en casi todos los casos. Las entidades a cargo de su capacitación afirman que han dado el tratamiento correcto a los adiestrados, por lo que a  niveles empresariales, los mismos se dan por realizados y con éxito, sin embargo, la realidad es todo lo contrario.

La gran parte de los colectivos de trabajo están a la caza de ver cómo resuelven una entrada más para compensar el salario básico, sin importarles caer en ilegalidades   entonces, no son bien vistos  los noveles “que llegan con ánimos de rehacerlo todo de nuevo”-como asevera de poca gana  un obrero que prefiere el anonimato.

Estas soluciones  inverosímiles se confabulan, junto con sus ejecutantes para  arruinar la  formación profesional de los futuros trabajadores, conspirando, de hecho contra el desarrollo de la nación en disímiles esferas relacionadas entre sí. Por tal motivo  los jóvenes afectados como Dalgis se sienten ubicados en una plaza laboral, pero no se sienten adiestrados, que es lo que realmente quisieran.

El mal trato a estos jóvenes en lo que debiera ser su colectivo de trabajo, para al final del mes cobrar salarios muy bajos, contrasta con la alta remuneración que adquieren los que deciden vivir de la droga o la prostitución.

Zailín estudió economía en el nivel medio-superior y se cansó de trabajar en una oficina por un mísero salario inferior  a los 15 CUC, Ella comenzó a salir por las noches con una amiga, considerada por sus padres “la oveja negra, o la mala cabeza”, para  ejercer una de las profesiones más antiguas de la humanidad.

La joven reconoce que esa vida no es fácil pero asegura que “de pronto se niveló mi vida para mi bien. Se acabó la  miseria, ahora puedo ayudar en mi casa, vestirme como me gusta, y descanso más. No me cogen más para esos trabajos de mala muerte”-dice entre bocanadas de humo.

La vida fácil y de altos riesgos como suele ser la de todos esos jóvenes que comienzan su jornada laboral bien tarde en la noche carece de principio y de ética pero es una solución que muchos no desdeñan y es, de hecho, la causa de que haya un porciento de la población joven sin vínculo laboral.

Los trabajadores que deben desempeñarse como tutores de los nuevos trabajadores, junto a la administración y al sindicato de sus centros, deben tener en cuenta la labor tan especial que está en sus manos llevar a cabo, haciendo cumplir los requerimientos establecidos.

Hasta el momento, este paso en la vida de los jóvenes que se están preparando para comenzar su vida laboral es  frustrante. Las entidades a cargo de su capacitación afirman que han dado el tratamiento correcto a los adiestrados, por lo que a  niveles empresariales, los mismos se dan por realizados y con éxito, sin embargo, la realidad es todo lo contrario.

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