lunes, 4 de enero de 2010

Bloqueo & Burocracia.


Por Aimée Cabrera.

Un año está por finalizar y de nada valen postales, árboles de navidad bien ornamentados, ni las más disímiles golosinas o licores propios de la fecha, para hacer el brindis, de aquellos que pueden adquirirlas con peso convertible CUC, no al alcance de la clase obrera cubana.


Brindar por qué, se preguntan cientos de miles de personas que han padecido el absurdo de la Burocracia, en cualquiera de los sectores que ofertan o intentan ofrecer servicios a la población.


Los periódicos, tanto de la capital como del resto de las provincias, han utilizado sus páginas para recoger quejas y señalamientos redactados por la población donde plantean asuntos que tal parece que muchos no quieren ver, ni solucionar.


Son comunes los problemas reflejados a propósito de las tupiciones, el desbordamiento de aguas albañales, la imposibilidad de adquirir materiales constructivos, o resolver trámites en las oficinas de la vivienda, a cualquiera de sus instancias.


También se reiteran los reclamos por el trato indebido en correos, bancos, centros gastronómicos, tiendas conocidas por “shoppings” , consultas de hospitales, policlínicos, ómnibus urbanos, y cuanta actividad reclame la debida atención por parte de los especialistas en dar “el no servicio”.


Los afectados se quejan por considerar maltrato una serie de aspectos tales como: hacer filas durante horas, preguntar y no recibir respuesta -por encontrarse el interpelado sumido en otra actividad-; y qué hace entonces en ese puesto de trabajo, que en ocasiones es la imagen de un centro laboral o institución.


Aparecen entonces las consabidas respuestas justificantes de que no se pueden resolver tantos problemas debido a la falta de presupuesto o de materiales producto del Bloqueo impuesto por los Estados Unidos de Norteamérica.

Lejos está la norteña nación de nuestro radio de acción, y es que el cubano se ha acostumbrado a dar excusas inexplicables para encubrir lo mal hecho, o lo que es peor, lo que nunca se ha hecho.


Si bien han existido sectores afectados por la no entrada de materiales imprescindibles al país por las restricciones propias del bloqueo económico, los oportunistas han utilizado la frase a modo de cliché para así dejar con la boca bien abierta a quienes osan esgrimir sus derechos.

EL periódico dominical Tribuna de La Habana escogió dos de sus páginas para alabar los resultados satisfactorios en renglones de la economía tan capciosos como el de la producción de medicamentos, la salud, o la gastronomía.

Cuánto tiempo tiene que esperar un cubano para que lo operen, por ejemplo de Cataratas, intervención quirúrgica que se realiza por mínimo acceso, en la que el paciente no requiere de hospitalización.

A cuántas consultas tiene que asistir para que le diagnostiquen un ciclo de sesiones de fisioterapia, con qué rapidez, calidad y buen trato – sin hacer regalos o pagar tarifas establecidas- puede una persona ser atendida en la clínica dental, hacerse una prótesis bucal, o llevar a arreglar la que tiene.

Dónde están los medicamentos como la aspirina o la duralgina, analgésicos que hace años no están liberados en las farmacias, el dependiente dice que no hay, aún mostrando la receta, pero aparecen las tabletas a un peso cada una, cuando el dependiente, en combinación con el médico y el revendedor ofertan una gama de mercancías a domicilio.

Los termómetros se ofertan presentando la libreta de abastecimiento, dan uno por núcleo familiar, y aún no han sido despachados para todos los ciudadanos que están en una lista de espera que sobrepasa los 2 años, mientras que al pagarlos “por la izquierda”, aparecen de inmediato, ¿dónde está pues el Bloqueo?

Estará quizás escondido, atemorizado por las ocurrencias siniestras de la Burocracia que, como la más terrible Pandemia se extiende por todo el país, propagando síntomas nefastos en la política, la economía y la sociedad cubana de estos tiempos, ahogando, a su vez, al pueblo con la intolerancia, la indisciplina laboral, y el mal propósito de dejar de hacer bien y con calidad , las miles de cosas que conforman ese gran todo, que pudiera convertirse en beneficio general.

La Burocracia en Cuba comenzó como un juego macabro creado ex profeso por quienes tienen accesos ilimitados a todo, pero temen que estos privilegios lleguen a la población, sumida en un maltrato que sobrepasa las cinco décadas. La Burocracia en Cuba parece estar bloqueada en sus propias mentiras, y agujereada por la crítica de los que la sufren, y están dispuestos a hacerla desaparecer..

No hay comentarios:

Publicar un comentario