La producción agrícola continúa descendiendo, al igual que otros sectores como la industria, la construcción y el transporte. El gobierno trata de brindar una visión distinta mediante el anuncio de la llegada a dos millones de turistas al cierre de octubre, para un incremento del 3,9% con respecto a igual período del pasado año. Pero no aclara que se ha debido fundamentalmente al creciente arribo de cubano-americanos, gracias al cese desde hace unos meses de las limitaciones existentes en Estados Unidos.
Tampoco se menciona el monto de los ingresos por concepto de turismo obtenidos al cierre de octubre, que en el primer semestre de 2009 descendieron en 12,9%, una situación que no debe haber cambiado posteriormente dado el silencio oficial sobre este tema. Resulta positivo que arriben visitantes a Cuba, pero la nación no vive económicamente de su número, sino de los ingresos que dejan, y, particularmente, de las utilidades logradas para el país por esta actividad.
Toda ello se refleja en el sector exterior, el cual afronta una situación crecientemente grave, al punto de que el gobierno, sin declararlo públicamente, desde hace meses ha impuesto de hecho una moratoria en los pagos a los acreedores extranjeros e incluso congelado los fondos depositados en bancos cubanos por las empresas radicadas en Cuba. Debido a este critico panorama, resulta imposible conseguir nuevos créditos externos, ante el temor acrecentado de los prestamistas a no recuperar su dinero, lo cual redunda en un estrangulamiento acelerado de la económica nacional, al reducirse drásticamente la capacidad de compra de insumos indispensables para el proceso productivo, artículos para el consumo de la población y la adquisición de medios básicos, agudizándose un proceso de descapitalización que dura más de 20 años.
Esta preocupante problemática presente en el 2008, ahora puede apreciarse en las cifras publicadas por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), que aunque no ofrecen todos los datos de la Balanza de Pagos de ese año, confirman la evaluación previa de la revista The Economist sobre un saldo negativo en Cuenta Corriente de -2,7 miles de millones de dólares (1 peso convertible= 1.08 US$, a la tasa oficial), indicativo de la desastrosa posición externa de la economía cubana. Los datos de la Balanza Comercial en el 2008 recién mostrados por la ONE, que desagregan los intercambios de bienes y servicios, indican un desbalance total de -2,3 miles de millones de pesos, que mediante la tasa oficial de cambio está en el entorno de -2,5 miles de millones de dólares.
Las cifras ofrecidas reflejan que mientras las Importaciones de Bienes crecieron en un 41,4%, las Exportaciones de Bienes y Servicios aumentaron en un 4,9%, con un alza de las Exportaciones de Servicios sólo de 7,7%. Los servicios cubanos están centrados fundamentalmente en el envío masivo de especialistas cubanos a Venezuela, principalmente en Salud Publica, cuyos ingresos exactos son desconocidos y en los ingresos por concepto de turismo, incluidos en este epígrafe por la metodología cubana, que en 2008 alcanzaron 2,36 miles de millones de pesos, para un crecimiento de 5,5%, lo cual parece indicar que las posibilidades venezolanas de subvención, decisivas en años anteriores para equilibrar la Balanza de Pagos, empiezan a ser insuficientes, dados los enormes y crecientes déficit externos cubanos. Por tanto, la coyuntura presente es muy delicada para un país que depende extraordinariamente de esa cooperación para funcionar.
En estas circunstancias, no puede descartarse para el resto del 2009 y los primeros meses del nuevo año un empeoramiento de la problemática económico-social, con serias implicaciones negativas adicionales para el ya deteriorado nivel de vida de la población, a lo cual podría agregarse la posibilidad de que las autoridades, obligadas ante la critica situación financiera, anuncien una moratoria en los pagos al exterior, con el reconocimiento oficial de lo que en la práctica ya existe. La noticia dada por el Ministro Rodrigo Malmierca, en su discurso de inauguración de la XXVII Feria Internacional de la Habana, de que el intercambio comercial cubano disminuyó un 36,0% en los primeros 9 meses del presente año, con respecto a igual período del 2008, confirman las serias amenazas que se ciernen sobre el país.
Ojalá que el peligro de reforzamiento de la crisis pueda evitarse, pero la actitud obstinada del gobierno de no hacer cambios estructurales y de conceptos, ante el temor de perder el poder absoluto sobre la sociedad, representa un enorme obstáculo para poder vencer los crecientes riesgos actuales, que de materializarse llevarían a la nación a un desastre mayor.
La Habana, 4 de noviembre de 2009
Oscar Espinosa Chepe
Economista y Periodista Independiente
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