Transcurre el tiempo y no se vislumbran adelantos en la aplicación del Decreto Ley No., 259, sobre la entrega de tierras ociosas. El panorama agrario de la isla da por sentado que aún no se han entregado ni el cuarenta por ciento de las tierras ociosas, a pesar de que fuentes oficiales dan la cifra del 50%.
También creemos que la cifra 60 000 cubanos incorporaron al trabajo agrícola durante el pasado año está sobre valorada, debido a que nuestras delegaciones hacen referencia a disímiles problemas afrontados en el procedimiento en la aplicación de este cuerpo legal, y los inconvenientes para poner a producir las tierras, teniendo el presunto beneficiado que agenciársela por sus medios para desbrozar terrenos, tumbar marabú, arar, sembrar y cosechar.
A lo anterior se suman otros problemas relacionados con la transportación del producto y la obligatoriedad de suministrarlo como establece este cuerpo legal, perdiéndose, muchas veces, lo producido, con el consecuente malestar de quienes bajo el sol caliente trabajan para hacer producir la tierra.
Este malestar ha ocasionado que muchas personas entreguen sus parcelas de tierra, por serles imposible ponerlas a producir con sus medios.
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