LOS NOKIAS Y LAS CUCARACHAS

Frank Correa



El siglo XXI no se concibe ya sin los teléfonos celulares, según algunos criterios la comunicación permanente e interactiva entre las personas es lo que finalmente los pudiera salvar en caso de producirse el tan anunciado holocausto.


La reincidencia de opinión del posible exterminio mundial producto de un golpe nuclear, quedó sustentada durante la reciente conferencia impartida por un científico norteamericano en La Habana. Como las noticias vuelan por el ciber espacio tal vez el grito ¡ahí viene la bomba!, logre poner sobre aviso y salvar en los refugios antiatómicos a los poseedores de Blackberrys, Motorotas, Nokias.


Con la apertura de Raúl Castro al acceso de cubanos a teléfonos celulares un millón de estos aparatos se activaron en la isla. Todos los días más cubanos compran líneas, el teléfono celular ya no es una rareza, se vuelve casi un componente de la vida.


Mi amigo Pititi se compró un Nokia y está aprendiendo los rudimentos fundamentales, como son no contestar las llamadas, solo mirar el número y llamar desde un teléfono público. Aunque de última generación su Nokia no admite música, ni toma fotos, ni videos, es un modelo al parecer netamente de trabajo, pero muy seguro, puesto a prueba contra catástrofes provocadas por la naturaleza o el hombre.


Quedó demostrado ayer cuando intentaba subir entre la multitud a un ómnibus en marcha y el aparato cayó al pavimento, largó la tapa, la batería salió disparada, el teclado se levantó de su sitio. Con una mano lo recogió todo y con la otra logró subir al ómnibus.


Me cuenta que colocó otra vez los dispositivos, intentó encender, pero no hizo nada. Volvió a abrirlo, invirtió la batería, probó de nuevo y nada. Dice que lo dio por perdido, que se sintió, desarmado, disminuido, pero cuando llegó a la casa su amigo Tonito tocó una tecla.


--Inserta clave. Esto es un Nokia compadre.


Mientras Pititi insertaba la clave y se conectaba otra vez con el mundo, Tonito sacó también su Nokia y le dijo que escuchó a un científico norteamericano asegurar que tras un golpe nuclear solo sobrevivirían los Nokias y las cucarachas .