viernes, 26 de noviembre de 2010

FREDDY EL MULTIOFICIO

FRANK CORREA


En mi cuadra de repente ha aparecido otro personaje representativo de los nuevos tiempos que se avecinan, es Freddy, antiguo gerente de una firma ya extinguida que ha comenzado a brindar en el portal de su casa diferentes servicios.


Primero instaló un sillón de barbería y comenzó a crearse una clientela de lujo con opciones múltiples, masaje facial, pelados modernos, afeitado, servicios especiales a domicilio para viajes imprevisto y con buenas tarifas. A cualquier hora del día y de la noche que se le necesite, está disponible.


Colocó un radio con noticias y música y dice que el lugar está abierto para hablar de cualquier tema, sin censura. Ha dispuesto en una mesa periódicos, revistas, libros, para que los clientes no se aburran. Aproveché y recibí un servicio completo gratuito el otro día a cambio de un ejemplar de El Nuevo Herald.


Allí puedes enterarte de los números que salen en la bolita y aparecen cábalas magníficas, además puedes reservar por teléfono. Hace poco incluyó un nuevo servicio, coger ponches a bicicletas, motos, autos.


Pero el servicio que más dividendos deja es el nocturno, cuando alguien se poncha en Quinta avenida el único ponchero en muchos kilómetros a la redonda es él, a esa hora corre con sus herramientas para enmendar y resolver cualquier problema, mientras el cliente ni siquiera se ensucia las manos.


Visitar su barbería además de pasar un buen rato en un lugar distinto, deja el grato sabor de empezar a pensar en el futuro como algo posible, como si nos desembarazáramos poco a poco de un yeso ortopédico que nos ha sujeto por mucho tiempo en una posición incómoda, casi ridícula, y ahora podemos andar con mucha más soltura.

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