viernes, 18 de febrero de 2011

El caos

Jorge Olivera Castillo

Febrero 2001


Mi vecina, Norma Lara ha optado por el desempleo voluntario. Hace unos días rehusó ocupar la jefatura del departamento de contabilidad en uno de los centros comerciales de la capital, que opera en moneda convertible. En sus primeros días de trabajo, descubrió el mismo engranaje para delinquir. Del robo toman parte la gerencia y los trabajadores.


“Si me quedaba hubiese tenido que integrarme al equipo de timadores. Es como una mafia que no admite intromisiones. Quien se atreva a poner orden sale por el techo. La decisión es sumarse o retirarse. No hay opciones intermedias”, dijo Norma.


El fraude se ha convertido en el denominador común de la red comercial, tanto la que opera en divisa, como en moneda nacional. “No puedes imaginarte la adulteraciones de precios y los cambios en la fechas de caducidad de los productos, además de los desvíos de recursos y compras en el mercado negro para revender en las tiendas estatales”, añadió.


Norma ha rechazado en tres oportunidades formar parte de la nómina de centros laborales donde imperan el fraude y la extorsión, y donde hay que afrontar muchos riesgos. “La estabilidad económica es real, pero el final puedes caer en la cárcel sin escala. Con la situación actual es mejor optar por la prudencia”.


La vecina gestiona en estos momentos una plaza en un agro mercado. “Allí el robo es de menor cuantía comparado con los niveles que alcanza en las tiendas recaudadoras de divisas. Su propósito es encontrar un empleo donde sea factible cierto equilibrio entre riesgos y dividendos.


“Desafortunadamente, de una u otra manera tienes que unirte a las mafias, en este caso de bajo rango, para sobrevivir. Sin estos rejuegos ilícitos, la vida se hace más dura. Quieras o no, terminas corrompiéndote”.

Varios focos de corrupción han sido desmantelados en los últimos meses luego de inspecciones sorpresivas del Departamento Técnico de Investigaciones y agentes especializados en detectar fraudes económicos.


No pocos inspectores sucumben ante las generosas propuestas de gerentes y cómplices, cogidos in fraganti. Por eso las autoridades se han visto en la necesidad de reconsiderar las tácticas para reducir las posibilidades de sobornos.


Por estos días corren rumores de que dos funcionarios del Partido Comunista del municipio Habana Vieja, están detenidos por corrupción.

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