(CUTC)
El Estado trata, por todos los medios, de mantener la canasta básica, pero las restricciones no se hicieron esperar ante la crisis mundial que ya recrudece la que vivimos durante 50 años.
Según el ministro de Economía el plan de consumo está diseñado para 3.100 kilocalorías, cuando la recomendación diaria es de 2.400. Los productos ofertados por la canasta básica se limitan a pequeñas porciones de pollo, pescado, picadillo extendido, pasta, sal, azúcar, entre otros, que no alcanzan ni para una semana, estando obligados a adquirir los alimentos en el mercado agropecuaria, en altos precios.
Datos oficiales señalan que el 80% de los productos son importados y Cuba gasta más de 2.800 millones de dólares anuales en compra de comestibles en los Estados Unidos, Europa y Asia. Hay que aclarar que más que a la crisis mundial las dificultades responden a problemas estructurales en la economía, los cuales no se resuelven en el actual sistema gubernamental.
El comercio minorista es deprimente, a lo cual no escapan las ventas en el sistema de racionamiento, con rebaja de las leguminosas de 30 a 20 onzas por personas al mes; la cuota de sal se redujo y se espera lo mismo con el arroz y otros granos. No pocos artículos en moneda nacional han desaparecido y en los de venta en divisas la oferta ha disminuido. Las asignaciones de alimentos para el consumo social han sido reducidas sensiblemente, en especial las destinadas a comedores obreros, escuelas y otros centros.
En el 2007 la Viceministra de Economía y Planificación dijo que Cuba importaba el 84 % de la canasta básica, por un valor de 1.000 millones de dólares. En el 2009 el Presidente de la República expresó que se importa el 80% de la comida por miles de millones de dólares. Según informes en el 2008 se importó $2.500 millones en alimentos. Los trabajadores sienten los efectos de la crisis, no en el desempleo sino en la carestía de la vida, la reducción de la canasta básica, la escasez de productos y su alza de precios, a lo cual se unen las infrahumanas condiciones de trabajo por la falta de fluido eléctrico, según informe del economista Oscar Espinosa Chepe.
Lo que percibe la familia cubana mensual se basa en los siguientes artículos, aunque hay provincias donde éstos son menos.
· 230 gramos de picadillo de soya (supuesta carne de res con soya).
· 460 gramos de pescado con cabeza, o 316 sin cabeza (muchas veces sustituyen el pescado por pollo).
· 460 gramos de pollo.
· 230 gramos de aceite.
· 575 gramos de leguminosa.
· 7 libras de arroz.
· 10 huevos.
· Gramos de carne en conserva (cuando es asignada).
· 1 litro de leche diario a los niños (hasta la edad de 7 años).
A lo anterior se une la preocupación de las familias cubanas ante la idea de que desaparezca la canasta básica y se vean obligados a tener que comprar esos productos en altos precios, dinero que no tienen por vivir de un salario o una pensión.
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